miércoles, 25 de marzo de 2009

Derechos y humanos

Esto me lo envió un amigo, no sé con qué intención...
Si demostrarme que trabajando igual seremos juzgados por quienes no tienen acceso a un trabajo (ocurrió siempre) o que todos somos culpables de la fiesta menemista a la que supimos asistir... todos. Que nadie diga que la miró de afuera. Que no me jure que en ese momento estaba en contra de todas las privatizaciones y que se sentía bien en la Argentina que teníamos y no con la que estaba por venir, esa que "con los capitales extranjeros, formaremos parte de la economía mundial". Estamos en el primer mundo, nos decían.
Que nadie me diga que no lo votó en la segunda vuelta -yo sí lo hice-. Sí hasta ganó con el 51% de los votos. Yo también me sentí "defraudado".
Porque yo creí que era la hora del cambio en este país, porque pensé que podíamos tener un trabajo medio, bien remunerado y que todos podríamos acceder a una educación, tomarnos vacaciones en lugares que sólo veíamos por televisión.... puf!!! No me dí cuenta que la historia de este país es demasiada pesada para cambiar en un par de años y con, apenas, 26 años de democracia. ¡26 años! Y no aprendimos nada. Lo peor, estamos peligrosamente cerca de actitudes repetitivas del pasado. Ya están analizando que Gendarmería Nacional patrulle zonas peligrosas. ¿Alguien se acuerda qué significó el "Proceso" en nuestro país? ¿Cómo comenzó?...


Marcelo: ¡Sí hay un lugar donde vivir! Venite...!


Estimado Marcelo: luego de escuchar tus declaraciones en el programa de Rial, donde tan claramente expones la pesadilla que están viviendo vos y otras personas en Buenos Aires y coincidiendo plenamente con tus expresiones de:

"La entiendo perfectamente a Susana (Giménez), si me mataran un ser querido también pediría la pena de muerte, y yo también estoy cansado de los derechos humanos a los presos".

"La gente ya no sabe como vivir, ni siquiera nos podemos mudar porque ¿adónde vas a ir? Todo el país es inseguro".

"Hoy te matan por el pancho y la Coca (Cola)".

"Miramos el país como si fuera una película, nadie se hace cargo de nada. Yo no digo que hay que hacer la ley bruta pero algo hay que hacer".

"La inacción es lo que genera todo esto y nos estamos acostumbrando a tres o cuatro muertes por día que aparecen en los medios y esas son solas las que aparecen. Hay decenas, cientos de muertes más. Acá nadie se hace responsable de las cosas".

“Salís a la calle y te matan a vos, a tu hijo, de seis tiros. Vos vivís en un country cerrado, en un edificio con rejas, y los delincuentes andan sueltos”.

”Nosotros no tenemos que encargarnos de esto (...); nosotros damos trabajo a la gente, entretenemos. ¿Por qué tenemos que estar controlando la cuadra, la casa, el barrio? Pagamos nuestros impuestos para que alguien vele por nosotros"

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Un grupo de vecinos del asentamiento El Chorizo, ubicado en una zona rural de la provincia de San Juan, sensibilizados por tus palabras, nos reunimos en asamblea y, decidimos darte una solución.

Nuestro barrio es humilde, te aclaramos, pero no hay inseguridad. O por lo menos la inseguridad que sufres vos en la gran ciudad. Si la memoria no nos falla aquí no han matado a nadie. Por lo tanto hemos decidido, por unanimidad, darte un lugarcito en nuestra barriada.

Hemos decidido esto porque ninguno de nosotros olvida tu valioso trabajo de “entretenimiento” durante casi las dos últimas décadas. Que coinciden con las más duras recordadas por muchos de nosotros. De hecho, nuestro asentamiento está ubicado en las antiguas vías del ferrocarril. ¿Te acordarás Marce del Ferrocarril? Ese que en los `’90, cuando empezabas tu carrera meteórica, Neustadt que nos “aleccionaba” usando el “sentido común” no nos “entretenía” como vos, decía que debíamos privatizarlo porque nosotros (o el Estado) tenía que subvencionarlo. Hasta que por suerte desapareció (el ferrocarril, digo).

Sin embargo pasó algo curioso. Muchos perdieron el trabajo, otros la forma de transportarse y por ende el trabajo, y otros que vivían de los que vivían gracias al tren también perdieron el trabajo. Dicen que un millón de personas tuvieron que emigrar a las ciudades. ¿Será cierto? La cosa es que seguimos subvencionándolo. Si, podes creer, vos, yo, nosotros, los que pagamos impuestos. Pero no todas fueron pálidas, algunos salimos ganando. Gracias a Menem que lo hizo, Neustadt que nos lo vendió y vos que nos sacaste la mufa, ahora tenemos donde vivir. Fueron épocas duras, pero por suerte vos estabas allí para “entretenernos”.

¿Te acordarás Marce en los ‘90 cuando abrieron los mercados y cerraron las fábricas? ¿Cuando privatizaron YPF y se popularizaron los piquetes? Si te debes acordar. Era cuando el 1 a 1 que te permitía mandar los muchachos que trabajaban con vos a otros países para burlarse de los lugareños. Que gracioso. Después de buscar laburo todo el día, llegábamos a nuestro rancho para poder verlos y divertirnos junto con ustedes. ¿Que boludos los italianos, no? Que divertido, menos mal que estabas vos para “entretenernos”, Marce.

Por habernos entretenido tanto en esos amargos momentos es que te haremos un lugarcito en nuestro asentamiento. Ya hablamos con el puntero de turno y nos dijo que solo te cobrará $500 por la parcela. Si nosotros pudiéramos te ayudaríamos, pero nos agarra en mal momento porque ya hicimos la tómbola para buscar fondos para la operación de Yésica. La Yesi es hija de una niña de 14 años con desnutrición que nació con una malformación. Marce: ¿sabias que en Argentina mueren 20 niños por día por desnutrición? ¿Casi una tragedia no?

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Pero volvamos a la tómbola. No nos quedó otra porque, como te imaginaras, La Yesi no tiene obra social, y en el hospital no tienen insumos. Esto también empezó en los ‘90 Marce. ¿Te acordarás? Era cuando mostrabas las chicas pulposas. Que buenas estaban, Marce. Parece que estábamos demasiado “entretenidos” porque llegaron unos tipos de unos organismos internacionales que nos decían que para pagar la deuda externa había que bajar los gastos en salud y educación. ¿Te acordarás? Parecían bloopers de VideoMach. Tal vez no te acuerdas, y lo entiendo, porque no podes estar en todas: buscando gente de quien burlarte, chicas que quieran mostrar los pechos por unos pesos, coordinar con los del programa para ver cuando hay que reírse, cuando aplaudir, cunado burlarse, la publicidad, la fama.

Lo de la educación no nos importa tanto. Por aquí ya casi nadie va a la escuela. ¿Sabías Marce que en la Argentina para el 2001 no superaban un 25% los jóvenes entre 20 y 24 años con secundaria completa? Igual a nosotros no nos complica, porque para cosechar uva, tomate y trabajar en la construcción no nos exigen la secundaria. De hecho, menos mal que no nos exigen ni la primaria o saber leer y escribir. Menos mal Marce, sino estaríamos realmente jodidos.

Tu parcelita estaría al lado de la de los Carrizo. Son buena gente. Si hubiera trabajo trabajarían de seguro. Don Carrizo toma mucho, pero nunca le ha pegado a nadie que no sea su mujer o sus hijitos. Dicen que se puso malo desde que Carlos, el hijo mayor, tuvo el accidente. Se cayó del camión de la cosecha y lo aplastó el trailer. La policía no sabía si ponerlo como accidente de tránsito o de trabajo. ¿Sabías Marce que en el 2008 murieron más de 8100 personas en accidentes de tránsito? ¿Y que en ese mismo año murieron más de 1000 en accidentes de trabajo? Es impresionante. ¿No Marce? Pareciera un castigo de Dios. Igual a Carrizo no le importó como lo anotaron, solo le dolió la muerte de Carlos y que este dejara su novia e hijita desamparadas. El viejo no lo supera. Ah… ¿sabias que Don Carrizo era ferroviario?

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Volvamos a tu parcelita Marce. Es la más alta del asentamiento, por lo que es improbable que se te inunde en la época de lluvia. Igual en San Juan no llueve mucho. No hay agua potable, pero por unos pesos te llenan unos tachos y listo. Lo que si, tienes que asegurarte unos mangos a fin de semana para tal fin. Tampoco creo que tengas problema en conseguir trabajo. Tal vez puedas ser locutor de radio. Aquí son tan malos que lo único que hacen es imitarte a vos. Llegas a venir vos y los flacos se tienen que hacer vecinos nuestros. Quedarían, realmente, en la lona. ¿Como no le van a dar trabajo a Marcelo Tinelli? Educado (¿terminaste la secundaria vos, no?), blanco, alto, con toda la facha y la mosca. ¿Como hiciste Marce para que te vaya tan bien cuando la mayoría de los argentinos quedaba en la pampa y la vía? Y después la mayoría en la pampa y nosotros en la vía (ja, ja, un chistecito de los tuyos). Te confieso que por momentos te tengo envidia. Pero nunca como para matarte, tranquilo.

Hablando de muerte, acá me recuerda doña Carmen que si hubo un hecho de sangre. No en nuestro asentamiento, pero el Sordo, como le decían, era vecino nuestro. Lo mató la policía un día que se escapaba con un televisor y un dvd robados. Le gritaron: ¡ALTO!, pero no escuchó. No salió ni en las radios pedorras de acá. Se le había roto el suyo y quería verte, cueste lo que cueste, decía. Eras su ídolo. Igual, como dice la Su: el que roba tiene que morir. ¿O el que mata? Bueno, no se, alguien siempre muere de todas maneras.

Bueno Marce, no queremos distraerte más con cosas sin importancia. Sabemos que pronto contaremos con tu vecindad, ya que si bien es una comunidad humilde, se aleja mucho del infierno de vivir en un country encerrado y al acecho de una turba de mal vivientes esperando arrebatarte la vida.

Un afectuoso abrazo y te esperamos.

Vecinos de El Chorizo

PD: acá también comemos panchos, pero con Tuya (Cola). La vida vale un poco menos.

lunes, 23 de marzo de 2009

Desconfío

Soy así. No es que me guste desconfiar de la gente pero "aquí estoy", como diría El Carpo... A la par, tienen un homenaje a quien fuera uno de los impulsores más grandes del rock en el país junto con Miguel Botafogo y Charly García.
La imagen no es de la mejor pero como dice un gran amigo fotógrafo, no se trata sólo de la imagen sino de lo que representa.
Un abrazo. Y espero lo disfruten.

martes, 17 de marzo de 2009

Bendito país, malditos empresarios...

(foto tomada de la página primerafuente.com.ar)
Los colegas de El Tribuno Tucumán la venían pasando mal. Los sueldos, además de bajos, se pagaban con retraso. Este fin de semana, y después de meses de tensiones, asambleas, auditorías y reuniones interminables, despidieron a 31 empleados entre periodistas, fotoperiodistas y personal administrativo. Los compañeros despedidos están a la espera de una conciliación obligatoria, y viendo cómo pueden resolver las cosas, aunque lo cierto es que quedaron sin trabajo en medio de una gran desprotección legal, empresarial y gremial, todo sumado a falta de solidaridad de otros colegas y medios que no quisieron hacerse eco ni publicaron lo que está pasando en El Tribuno. Desde Sin soltar el lápiz va todo el apoyo a los compañeros que quedaron sin trabajo una vez más por el maltrato y estafa de los empresarios, y la inoperancia del accionar gremial. Espero que las cosas se solucionen y que alguna vez un medio gráfico pueda ofrecer sueldos dignos y continuidad en Tucumán. (Texto publicado en el Sin soltar el lapiz)

María Belén lo resumió bien, claro y conciso. Mi amiga cibernética se hizo eco (creo que fue la única) de los despidos en el diario de nacimiento salteño.
A mí me da mucha tristeza. Hay gente ahí, que conozco bien (y a algunas muy bien), que no merecen pasar de nuevo por lo que ya vivimos en el 2001 con el periódico.
No hacen falta nombres. Nadie merece lo que pasan estas 31 familias. Nadie.
Recuerdo una charla que tuve cuando estaba el proyecto diario en ciernes.
Yo había deambulado dos años desde el cierre del medio que me daba de comer hasta que encontré el actual trabajo.
Entonces aparecieron los popes empresarios, haciendo gala de su capacidad financiera y comenzó la ronda de entrevistas. Alquiler de hotel para el desembarco de los responsables en armar la redacción, alquiler de un local céntrico para la redacción, refacción para la planta impresora, mucha infraestructura, olor a billetes nuevos...
Yo, igual que el juego: desconfío.
Fui igual a la entrevista porque me llamó quien en un momento de incertidumbre me dio una mano. Pero mi intención, desde el primer momento, era no dejarme tentar. Y era grande la tentación por volver a mis fuentes, a sentir la adrenalina periodística. No, no era fácil.
Me senté frente a la sicóloga muy coqueta y arreglada ella. Yo me había calzado el único traje decente que me había quedado con unos zapatos lustrados pero viejos. La resaca del desempleo todavía hacía mella en mí aunque habían pasado casi dos años.
Las preguntas comunes, las respuestas obvias. Hasta que me quiso saber cuánto quería ganar.
Le dije sin pensarlo dos veces: "$ 2500..."
Era una cifra alta, para lo que se paga aún en Tucumán. Pero ellos no tenían intención de desembolsar más de $1500 por encargado de sección. Eso me enteré después. Yo había sido postulado para encargarme de la sección Deportes.
Me miró la sicoloca como si estuviera desubicado. Inmediatamente le dije.
"Creo que si tengo que optar por dejar el trabajo que tengo, debería ser lo suficientemente tentador el sueldo. Además, estoy cansado de los proyectos poco serios".
"Este es un proyecto serio", argumentó con voz grave y con una mirada que ya no era la amistosa de hacía unos minutos.
"Con más razón aún", argumenté. "Para un proyecto serio, lo que pretendo no sería problema", contesté y sonreí, con sorna e ironía.
Me contestó la sonrisa, cordial. Sabía que había quedado acorralada por sus propias palabras y salió con el elegante y ya muy trabajado "Muchas gracias, sr. Gambarte. Cualquier cosa, lo llamaremos".
Nunca lo hicieron.
Pero no estoy contento por eso. Ni agradecido. No pretendía que me llamaran. Prefería un trabajo al que le peleo todos los días para que me llene que vivir la incertidumbre de estos compañeros durantes estos últimos cinco años por hacer lo que me gusta.
Me invade la tristeza. Porque este bendito país es demasiado generoso con inescrupulosos que se la dan de empresarios.
Y los medios periodísticos no escapan a esa mediocridad.
Lamentablemente.
Lo peor: nadie hace nada. Y mis compañeros la siguen pasando mal.

viernes, 13 de marzo de 2009

Anexo

Todo lo que realmente necesitaba saber acerca de cómo vivir, que hacer y cómo ser lo aprendí en el jardín de infantes.
La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la carrera educativa, sino allí, en el arenero del jardín.
Estas son las cosas que aprendí:
* Jugá limpio.
* No le pegues a la gente
* Devolvé las cosas de donde las sacaste
* Limpia tu propio enchastre
* No tomes cosas que no son tuyas
* Pedí perdón cuando lastimás a alguien
* Lavate las manos antes de comer
* Las galletitas con leche te hacen bien
* Viví una vida balanceada: aprendé y pensá, dibujá y pintá, cantá y bailá, jugá y trabajá un poco todos los días
* Dormí una siestita todas las tardes
* Cuando salís al mundo, cuídate del tráfico, tomate de las manos con otros y manténganse juntos
* Sé consciente del asombro
* Acordate de las semillitas en el frasco, las raíces van hacia abajo y el tallo hacia arriba, nadie sabe verdaderamente como o porqué, pero todos somos así.
* Los pescados, los hamsters, las ratitas blancas e incluso las semillitas, todos se mueren. Nosotros también.
* Y acordate de tus primeros libros de cuentos y las primeras palabras que te enseñaban. Las palabras mas grandes de todas: MAMA y PAPA
Todo lo que necesitabas saber está allí en algún lado. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología, la política, la igualdad y la vida sana.
Tomá cualquiera de estos puntos y expresalo con palabras sofisticadas. Ahora aplicalo a tu vida familiar, tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo, y verás cómo se mantiene verdadero, claro y firme.
Imaginate cuanto mejor sería el mundo si todos comiéramos galletitas con leche a las tres de la tarde para luego acostarnos a dormir una siesta. O si todos los gobiernos tuvieran como política básica el siempre devolver cada cosa a su lugar y limpiar su propio enchastre
Y sigue siendo cierto, no importa la edad que tengas, que cuando salís al mundo, lo mejor es tomarte de la mano con otros y mantenerte unido.-

(de libro “Sopa de pollo para el alma”, de Robert Fulghum)

De esto hablaba Cindy. Pero nos embrollamos en nuestras propias dudas y ni siquiera escuchamos a la maestra o al compañerito (o al amigo).

No buscamos nuestra propia felicidad sino que, al parecer, suicidamente nos empeñamos en tomar el destino de lo que nos hace mal. Aún en los momentos en que todo viene bien. Y éste decálogo lo guardamos en un cajón, olvidado, junto con el resto de las cosas que nos devuelven la inocencia.

¿Por qué? Porque sino el mundo te lleva por delante y los malos ganan, no como pasa en las películas.

Pero de vez en cuando, sólo de vez en cuando, es bueno volver a mirar donde todo es más puro y limpio. Y más claro. Tal vez lo necesitamos de lo que pensamos.

lunes, 9 de marzo de 2009

Su primer día, mi primera vez


Lo veo con sus zapatillas color azul, sus soquetitos blancos, su delantal celeste y su carita llena de expectativas. Su flequillo rozándole las cejas y una sonrisa que le abarca toda su boca, cómplice diríamos.
Sus ojos transmiten curiosidad, pero no está asustado. Al contrario. Se siente cómodo en esa salita de color amarillo, llena de juguetes, una casita, mesas y sillas chiquititas que pronto se llenará de enanos como él y ansiosos padres que buscarán con su mirada y en su corazón, no sorprenderse con otra etapa que comienza.
Algunos mayores están más tensos que sus propios hijos. Los flashes de las digitales inundan el aire congelando el momento mágico de esa primera vez que no se volverá a repetir. Nunca nada se repite como la primera vez. (Fito Páez dixit)
Yo no puedo estar mucho tiempo. Pero juego con él a los bloques, hablamos, le hago las típicas (poco ingeniosas y hasta tontas) preguntas de "¿te gusta el jardín? ¿te gusta tu maestra?"... caigo en los lugares comunes. No quiero desnudar, todavía no, que me duele verlo crecer. Y me llena de orgullo también que él asuma tan naturalmente que a partir de hoy ese será su mundo por un año. Me cuenta su mamá que después no se quería ir. Y que su entusiasmo superó todas las expectativas porque ya quiere su mochila, su vaso, su carpeta... Ayer ayudó a construirla pegando figuritas en la cartulina azul.
"Pero vos... ya pasaste por esto", me decían... "Debés estar ducho".... Sí, pero es distinto.
Este es mi hijo.
Y no es lo mismo. Era como verme a mí, 35 años atrás pero distinto. Me había colgado de las polleras cuando entré a ese mundo totalmente extraño, con chicos como yo que no conocía, sintiéndome angustiosamente abandonado.
Pero él no. Su tranquilidad me pasmó. En su mirada noté la madurez de saber lo que hacía. Y lo ví grande. Ya está grande.
Tuve que salir. Contuve las lágrimas que pugnaban salir, escapándose por el costado de mi mejilla y dejando en evidencia mi sensiblería.
Fue su primer día. Y la primera vez que volví a sentirme abandonado después de mucho tiempo. Mi hijo, está creciendo.

viernes, 6 de marzo de 2009

I'm back

Aunque la frase no era la que decía el robótico asesino del futuro ("I'll be back", decía) que conocimos hace más de 25 años, es sólo una alegoría de que estoy de vuelta. Para escribir.
Porque no haré nada de lo que hacía este personaje en su taquillera película donde perseguía a Sara O'Connor de forma implacable pero sin éxito (ups!, conté el final...).
Aunque tengo un par de objetivos en la mira para intentar lo que el musculoso. Nunca faltan los estúpidos/as que se empeñan en embarrarte la cancha. Pero, nah, no creo que lo haga. Me faltan los lentes... Ja, ja!!!
Bien, estimados amigos y lectores, acá estoy...
Espero mantenerlos entretenidos con mis relatos.
Hasta la próxima.

Pd: Gracias, gracias, gracias, gracias.... no terminaré de agradecer a todos los que, de una u otra forma, me hicieron llegar los buenos deseos de recuperación para mi compañero de trabajo. Que Dios, Alá, Mahoma, Javhé, la Madre Natura y todos los dioses del Olimpo los tengan en su gracia. El está mucho, pero mucho mejor. Ahora viene la otra etapa de recuperación. Pero esa es otra historia, como los Verónica y su hija, Angel y su mamá... trances duro que tuvieron y tiene que pasar los compañeros de laburo, que también son de la vida. Hasta siempre.