miércoles, 9 de septiembre de 2009

Sueño encendido

Te ví. Soñé que te tenía y jugué con mis dedos en tu cuerpo. Jugamos a ser amantes por un rato.
Primeros vos, después yo. La respiración lenta, profunda, intensa...después agitada, después... acariciarte lento y despacio, hasta soltarte definitivamente.

El rojo carmesí intenso arde en mis labios, quema, cada vez que me acerco. Transpiro. Te beso. Te vuelvo a besar. Una y otra vez. Hasta sentir que te empequeñeces y tu aroma me envuelve, me invade y me llena para sentir la necesidad de volver a apretarte contra mí para sentir tu calor, tu piel, tu sabor.

Los vahos de alcohol se mezclan con tu intensidad que me provoca, me aprisiona, me traspasa.

Juegas conmigo, vienes y vas, me seduces, me tomas, me dejas y mis pensamientos vuelan. Más allá. Más acá. Más y más...

Y entonces, cuando apenas mi ojos pueden sostener mi mirada te vas, lejos, apagándote de a poco.