
La primera vez que escuché esa frase fue en un disco de Piero. Era el año 1982.
Comenzaba a asomar mi nariz en la calle de la adolescencia, con todas esas cosas nuevas que la etapa post-niñez depara. Experimentar sensaciones diferentes, "conocer dos cuadras más allá... cómo será la libertad...".
Y la frase ahí, en medio de un disco en vivo, dicha por un tipo que transmitía ondas de amor y paz en un presente convulsionado. El gobierno de facto estaba llegando a su fin y todos pedían "Que se vayan ellos"o " Ay, país", temas que hicieron que el enrulado cantor tuviera que exiliarse.
El disco tenía como leiv motiv el exitazo de "Manso y tranquilo" - hoy se le diría una canción minimalista- que pedía sólo eso en apenas: ¡¡11 minutos!!... Y buenas ondas, cierto.
Pero había más temas.
Y la frase "parar para ver".... en medio de tanta poesía.
En ese momento no entendí muy bien de qué se trataba. Aunque sí capté la intencionalidad de 'tal vez tengas quince, tal vez dieciseis; ábreme tus brazos no preguntes quién.... Quiero entrar en tu mundo de fruta encendida', de Fruta Encendida; la curiosidad y el asombro de experimentar cosas nuevas. 'Uno me dijo 'Ché, quéres fumar? Yo casi digo no, pero aflojé.... y toser y sentir y mirar y reir y volar......', en Miedo Niño; la incomprensión paterna cuando cantaba 'Probablemente mi papá, vaya a saber, deseaba tanto no a mí, a otro nenito.... un empresario, un constructor, un presidente para honrar, un Maradona para envidiar, en fin, otro nenito', de Cuestión de Células, tema con el que me identifiqué mucho tiempo por mi inclinación musical. La frustración y el cansancio de la rutina del laburante 'siete de la tarde la jornada cumplida, termina el trabajo, hora de salida... momento terrible de confusiones, subterráneo, gente, muchos empujones... volver a casa no. Algo más tarde estoy pensando que, que la vida es difiícil trabajar y volver...9 de la noche y no tengo fe... no tengo fe ', de Siete de la Tarde... Y el parar para ver.
Nuestra rutina nos lleva, como una cinta sin fin, a pasar y hacer el mismo camino miles de veces sin siquiera cambiar un poco los pequeños detalles que hacen también a nuestra vida: las calles, las caras, el paisaje, las formas. Todo eso sin cambiar la esencia, que también es lo más vulnerable. Por eso es importante "parar para ver"...
Parar, para ver dónde estamos parados.
Parar, para ver hacia dónde vamos y qué queremos.
Para intentar un cambio.
Para permitirnos, simplemente, un respiro. Tomar fuerzas y seguir.
O para disfrutar lo conseguido y mirar, con otros ojos, ese horizonte que nos espera indescifrable, inmenso y nos invita al siguiente desafío.
Permíteme el consejo de "Parar para ver".... Tómate unos minutos, unas horas o un día completo. Y reflexiona.
Seguro tu vida no será la misma después.
Un abrazo.
Hasta la próxima.
"Y tranquilo, manso y tranquilo..."